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Espacio Natural de Doñana

los dos parques

El Espacio Natural Doñana está compuesto por dos zonas protegidas distintas que suman un total de más de 128.386  hectáreas y está gestionado y financiado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía:

  • El Parque Nacional, declarado el 28 de Octubre de 1969. Con una extensión de 54.251,65 hectáreas, se trata de un territorio bajo un nivel de protección muy alto, con acceso público restringido sólo a los centros de visitantes, los senderos junto a ellos y las excursiones en todoterreno organizadas por distintas empresas autorizadas. El objetivo principal aquí es la conservación de especies y ecosistemas, dando prioridad a las actividades de investigación frente a las de uso de recursos y uso público. La mayor parte de las tierras son públicas y la caza y la agricultura no están permitidas.
  • El Parque Natural, declarado el 28 de Julio de 1989. Con una extensión actual de 68.236 hectáreas es un territorio menos estrictamente protegido y con un acceso público más abierto. Funciona como zona tampón de protección al Parque Nacional y también reúne buenos ejemplos de bosques, marismas y dunas bien conservados. Aquí la idea es hacer compatible la conservación de ecosistemas con los usos de recursos. Alberga una amplia red de centro de visitantes, senderos. Buena parte del terreno donde se asienta es privado y la agricultura y la caza están permitidas en algunas zonas pero reguladas cuidadosamente.

Guía informativa del Espacio Natural Doñana. Descargar

Información sobre Doñana del Ministerio de Medio Ambiente

Información sobre Doñana de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía

Mapa mostrando el Parque Nacional y el Parque Natural de Doñana
ESPACIO NATURAL DOÑANA

Otro punto de interés del espacio natural se encuentra en el sistema de dunas fósiles de El Asperillo, que discurre paralelo a la costa entre Matalascañas y Mazagón. Ya en la playa, se puede contemplar el impresionante Acantilado del Asperillo, declarado monumento natural por su singularidad y belleza.

De coto de caza a parque nacional

Mapa de Doñana en el siglo XVI
DOÑANA SIGLO XVI

Durante siglos, nobles y reyes consideraron los bosques y las marismas de la desembocadura del Río Guadalquivir como una de las mejoras zonas de caza de España.  Y esa fue la principal actividad desarrollada en Doñana durante mucho tiempo, gracias a lo cual se conservaron sus ecosistemas en bastante buen estado. En el siglo XX se llevaron a cabo las grandes transformaciones de  la marisma, al final de las cuales  la mayor parte de ellas habían sido convertidas en zonas de cultivo. En la actualidad sólo 1/4 de las marismas originales permanecen en estado natural.

 

A finales de los años 60 del siglo pasado, un puñado de científicos y naturalistas, empeñados en salvar esta tierra de los peligros que la amenazaban, vieron al fin el fruto a todos sus esfuerzos cuando unas 30.000 has. fueron protegidas bajo la figura de parque nacional. Desde entonces este espacio natural ha ido creciendo y acumulando reconocimientos a nivel internacional hasta ser considerado en la actualidad una de las reservas naturales más importantes de Europa.

Entre dos mundos

Situado en la desembocadura del Río Guadalquivir, en la costa suroccidental de Andalucía, en las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, Doñana forma parte de Europa, pero la cercanía de África se deja notar. Está bañada por las aguas del frío Océano Atlántico, pero está muy influenciado por el templado Mar Mediterráneo. La mayor parte de su territorio, cubierto por las arcillas marismeñas, son de origen fluvial, pero el mar tiene también un papel protagonista en su formación. Las migraciones nos traen aves sureñas desde África en primavera y aves norteñas desde Europa en invierno, contribuyendo a aumentar la diversidad biológica de la zona.

Un mosaico de naturalezas

En sus casi 130.000 hectáreas Doñana ofrece una gran variedad de ecosistemas y paisajes, que albergan una rica comunidad de especies animales y vegetales adaptada a una realidad muy compleja.

 

marisma en primavera con castañuela y manzanilla de agua

LA MARISMA. La mayor parte de Doñana está cubierto por una enorme llanura, antigua marisma mareal, que hoy día se inunda gracias a las aguas de lluvia y las aportadas por algunos arroyos estacionales. En otoño la planicie verdea con las primeras lluvias y da la bienvenida a grandes bandadas de ánsares llegados del norte. En invierno parece un gran lago de aguas mecidas por el viento y poblada por grandes bandos de patos, ánsares, limícolas y otras muchas especies de aves acuáticas. En primavera, las aguas descienden de nivel y se ocultan bajo grandes extensiones verdes de castañuela y bayunco, decorada por manchas de ranúnculos con blancas flores flotantes. Garzas, patos, flamencos, fochas y somormujos anidan entre su densa cobertura vegetal. En verano las altas temperaturas y la escasez de lluvias convierten la marisma en un gran desierto reseco y resquebrajado donde sólo subsisten unas pocas especies.

Matorral de jaguarzo en flor

LOS COTOS. En las arenas que rodean la marisma se desarrollan densas coberturas de matorral cuya composición de especies depende de la cantidad de agua disponible en el suelo. En suelos más alejados del nivel superior de las aguas freáticas aparece lo que se denomina monte blanco, donde abundan distintas especies de jaras y plantas aromáticas. En suelos más húmedos nos encontramos lo que se llamamos monte negro, donde los brezos, aulagas, mirtos y zarzas se entrelazan para crear barreras impenetrables. También aquí se desarrollan bosques naturales con viejos alcornoques acompañados de acebuches y grandes plantaciones de pinos piñoneros que ofrecen refugio a una rica comunidad de rapaces y mamíferos en la que destacan el águila imperial ibérica y el lince ibérico.

LA VERA. Así llamamos a la estrecha franja de terreno que se sitúa en el área de contacto entre las arenas de los cotos y las arcillas de la marisma. Aquí afloran durante todo el año las aguas filtradas de las arenas y se desarrollan pastizales y junqueras que atraen a especies de ambos ecosistemas, convirtiéndola en una zona de gran riqueza ecológica. Es aquí donde se localizan las famosas Pajareras de Doñana, un grupo de grandes alcornoques donde se desarrolla cada primavera un numerosa colonia de cría de garzas y espátulas, que lamentablemente son de acceso restringido.

 

Dunas y playas

LAS DUNAS Y PLAYAS. Alineadas con la línea de costa, separándola de las marismas, nos encontramos con sucesivas bandas de dunas de unos 30 km de longitud donde una rala vegetación sobrevive en esos inestables substratos. Sólo algunos viejos enebros sobreviven al empuje del viento que hace avanzar las dunas unos 3 – 6 metros de media al año, arrasando con todo lo que se encuentran a su paso. Bosquetes de pinos denominados “corrales” se desarrollan en los espacios interdunares y avanzan al unísono con ellas en un precario equilibrio natural. Zorros, jabalíes, ciervos, tortugas moras, lagartijas, víboras y escarabajos decoran las arenas blancas con sus rastros. La playa de Doñana, que se extiende a lo largo de 30 km entre las poblaciones de Matalascañas en Huelva y Sanlúcar de Barrameda en Cádiz, y es considerada la playa virgen de mayor extensión de toda España. A esta podríamos añadir la segunda más larga que conecta las poblaciones de Matalascañas y Mazagón con sus 17 km de playa de fina arena blanca.

Bosque de alcornoques y helechos

LOS BOSQUES EN GALERÍA. En la zona de protección del Arroyo de la Rocina, junto a El Rocío, nos encontramos con una formación vegetal única en el Espacio Natural de Doñana. Se trata de un espeso bosque en galería que se desarrolla a lo largo de este arroyo, en la que dominan los sauces, arraclanes, álamos blancos y zarzas. Bordeando este conjunto nos encontramos con viejos alcornoques que se alternan con madroños, pinos y densas manchas de helechos.

Una realidad cambiante

Además de por su variedad de ecosistemas, la diversidad de Doñana viene marcada por los cambios climáticos estacionales, los cuales producen transformaciones tan acusadas que sus paisajes pueden parecer irreconocibles si se ven en diferentes épocas del año. Se trata de un ciclo anual que afecta tanto al aspecto de sus ecosistemas como a la composición de especies que los pueblan. Enormes áreas de marisma natural y transformada aparecen inundadas o secas siguiendo los patrones de los ciclos anuales de lluvia y/o uso agrícola.

 

La marisma natural sirve de despensa para miles de aves en invierno y primavera, mientras que lugares como los extensos arrozales del noreste los atraen en verano cuando las marismas se secan y en otoño durante la recolección de las cosechas. Estas tierras llanas de la desembocadura del Guadalquivir no son solamente importantes para nuestras aves, sino que ofrecen refugio y descanso a muchos miles de aves migratorias que, llegadas desde las cálidas tierras del África subsahariana o las frías zonas del norte de Europa, utilizan Doñana como zona de cría o como zona de invernada.

Cultura y tradiciones bajo el sol

Saca de las Yeguas
SACA DE LAS YEGUAS

Además de naturaleza en estado puro, la comarca de Doñana es rica en antiguas tradiciones culturales como la Romería del Rocío o la Saca de las Yeguas, que atraen todos los años a muchos miles de visitantes. También ofrece completos equipamientos turísticos de sol y playa como Matalascañas y Mazagón, que son foco de atracción para multitudes de veraneantes. Atractivas propuestas gastronómicas enriquecen la oferta; los afamados vinos blancos del Condado y los productos serranos y marinos componen completos menús a gusto de todos. Los pueblos de Sanlúcar de Barrameda, Almonte, Aznalcázar, Hinojos, Villamanrique de la Condesa, Niebla, Bollullos del Condado y La Palma del Condado, entre otros, ofrecen a sus visitantes bellos rincones entre sus calles de blancas casas.

En estos días, Doñana se esfuerza para que sus valores naturales y tradiciones culturales se impongan frente a los que consideran que el desarrollo económico de la zona pasa por el turismo de masas o la agricultura sin control. Un mundo natural amenazado por a un mundo económico artificial sin conciencia ambiental. Claros ejemplos tenemos en el pasado reciente y en el presente de estas amenazas. En nuestras manos está, en la de todos nosotros, que esta joya de la naturaleza sea disfrutada por generaciones futuras.

Desde la creación del Parque Nacional en 1969, Doñana ha acumulado un buen número de reconocimientos internacionales. En 1994 fue nombrado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.

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btt