Excursión compartida
para ver Doñana en compañía de otros
Grupos de 2 a 6 personas. 50€/persona.
La mayoría de la gente que visita Doñana cada año lo hace en pequeños grupos familiares o en pareja, sin tener necesidades especiales ni querer centrar su vista en ningún aspecto particular, solo esperando disfrutar de una de las joyas naturales de Europa. Cuando llegan encuentran diferentes opciones, varias empresas y distintas rutas para elegir.
Muchos de ellos optan por el tour compartido tradicional de unas 3 horas y media, en el que se usan normalmente grandes vehículos de hasta 30 plazas, el conductor-guía tiene que atender hasta a 25 – 30 personas, muchas de las cuales no han traído prismáticos con ellos, las paradas están cuidadosamente fijadas en ciertos puntos a lo largo del recorrido y el área cubierta es tan grande que la velocidad media de desarrollo de la actividad es demasiado alta. Esta es una situación que en su conjunto queremos evitar con nuestras visitas compartidas.
Si lo que quieres es tener una buena aproximación a Doñana necesitarás las condiciones apropiadas y esto es lo que te ofrecemos nosotros. Y si además te apetece compartir tu experiencia con otros, los cuales probablemente la mejorarán y enriquecerán, lo que necesitas es una de nuestras visitas compartidas.
No hay prisa, tendremos en torno a 5 horas para disfrutar de la naturaleza de Doñana, un periodo de tiempo apropiado para la amplitud de la zona cubierta y los alrededor de 15-20 km recorridos. También, tendremos el tiempo suficiente para hacer las paradas necesarias y experimentar Doñana de una manera relajada.
Nuestros guías tendrán que atender a no más de 6 personas, un tamaño de grupo ideal con el que trabajar en actividades en la naturaleza. Usaremos un vehículo 4×4 de 9 plazas para dar a nuestros clientes el espacio necesario para tener una experiencia cómoda y satisfactoria y también para tener una adecuada visión del exterior a través de las amplias ventanillas del vehículo.
Visitareis zonas de bosque y marisma en el norte del Parque Nacional de Doñana; haréis una parada en el Centro de Visitantes José Antonio Valverde, donde podréis disfrutar de la colonia de cría de aves en primavera y utilizar los servicios que ofrece el centro. Dependiendo de la época del año, se incluirán otros puntos de interés ornitológico y paisajístico en el entorno del Parque.
A todos nuestros clientes se les ofrecerá unos prismáticos incluidos en el precio, una herramienta imprescindible para obtener todo el provecho de tu visita. Nuestro guía además pondrá a la disposición del grupo una útil y práctica guía de campo y un telescopio profesional.
La salida será desde nuestras oficinas en El Rocío a una hora fijada por nosotros y que variará dependiendo de la estación del año. La idea es empezar cerca del amanecer, en el caso de visita de mañana, o incluir el atardecer en el caso de visita de tarde, dos de los momentos del día mejores para observación de animales y disfrute del paisaje. Habrá un tamaño mínimo de grupo de 2 personas pero les ofreceremos una alternativa para visitar la misma zona del Parque en caso de que no se alcance. No tienes que preocuparte, harás tu excursión a Doñana el día que elijas.
El precio es de 50€ por persona.
Esperamos que encuentres suficientes razones para contar con nosotros en vuestra próxima visita a Doñana.




Itinerario
La Aldea de El Rocío
Nuestra ruta comienza en la Aldea de El Rocío, lugar de peregrinación anual de hermandades que, llegadas desde todos los puntos de España, se concentran aquí durante unos días en primavera todos los años durante la famosa Romería. La pintoresca Ermita del Rocío preside con elegancia el paseo marismeño, convirtiéndose sin duda en la protagonista indiscutible de la típica estampa rociera, junto con la cercana Madre de las Marismas, uno de los mejores puntos de observación de aves de Doñana. Las tradicionales calles de arena de El Rocío y los caballos que pastan tranquilos en los prados nos darán paso al famoso hito rociero del Puente del Ajolí, para adentrarnos en la zona restringida del Parque Nacional.
El Pinar de Coto del Rey
El famoso camino rociero de la Raya Real nos llevará al Pinar de Coto del Rey. Aquí es posible observar las especies de plantas y animales más características que habitan nuestros ecosistemas de bosque mediterráneo. El pino piñonero es el rey del bosque, a sus pies, una cobertura de denso matorral formado por enormes matas de lentisco y numerosas especies de jaras y otras especies adaptadas a nuestro clima mediterráneo, constituyen el refugio ideal para ciervos, zorros, tejones y meloncillos, siendo esta además una de las zonas de mayor densidad del lince ibérico en el mundo. Ciervos, gamos y jabalís campean a sus anchas, mientras que los grupos familiares de rabilargos ponen una nota de color y sonido en los pinares.
El Alcornocal de Matasgordas
Tras girar al sur y cruzar la Cancela del Vicioso nos dirigimos hacia una de las manchas boscosas mejor conservadas del primigenio bosque de alcornoques que, en un pasado no muy lejano, cubría la mayor parte de las tierras bajas que rodean las marismas del Guadalquivir. Alcornoques centenarios, viejos acebuches, “matas gordas” de lentisco, brillantes palmitos y plateados jaguarzos conviven con el ciervo, el jabalí, el milano real y el águila calzada. Aquí soñamos durante unos kilómetros con la posibilidad de encontrarnos con uno de los últimos representantes de la especie de felino más amenazada del mundo, nuestro lince ibérico, caminando con elegancia entre la densa vegetación en busca de su presa favorita, el conejo.
La Vera
Pronto nos encontramos en la vera, una zona de transición entre el bosque y la marisma, entre la arcilla y la arena que cubren los suelos de Doñana. Grupos de ciervos se apartan a nuestro paso o pastan tranquilos en la llanura. Aquí no son difíciles de observar las siluetas del águila calzada y el milano negro o incluso la, amenazada de extinción, águila imperial ibérica. Bandos de jilgueros se alimentan sobre los campos de cardos y los conejos se ocultan en sus madrigueras, temerosos de nuestra presencia. Esta estrecha franja de terreno ofrece la mayor variedad paisajística y faunística de Doñana.
La Marisma de Hinojos
Al dejar atrás los últimos alcornoques centenarios, se abre ante nuestros ojos la inmensa extensión de la Marisma del Guadalquivir. Su infinitud abruma los sentidos y la vida que alberga se muestra de tan diferentes maneras como distintas son las estaciones del año. Las llanuras resecas del verano dan la bienvenida a las lluvias otoñales y, en pocas semanas, se transforman en un lago sin fin que alberga a enormes grupos de limícolas y anátidas llegados del norte para aprovechar nuestros templados inviernos. Esta es sin duda una de las zonas más espectaculares de Doñana donde las manadas de yeguas , las bandadas de aves y los amplias paisajes se asocian para componer escenas de gran belleza.
El Caño Guadiamar
En primavera la marisma se convierte en un mar verde de castañuela que alberga una rica avifauna. Multitud de aves pertenecientes a una gran variedad de especies se arremolinan en las zonas de cría, disputando su derecho a la existencia frente milanos negros y aguiluchos laguneros, que surcan amenazadores los cielos. Las Chozas Marismeñas de El Pastor nos dan paso al Caño Guadiamar, un excelente punto de observación de aves donde garzas imperiales, garcillas cangrejeras, moritos, fochas, patos colorados y calamones, entre otros, se concentran durante varios meses durante su época de reproducción. El puente sobre el Caño es parada obligada de pajareros y desde allí es habitual observar también a nuestros milanos y águilas posados sobre vallas o tendidos eléctricos.
El Lucio del Lobo
Algo más al este, el Lucio del Lobo, nos recuerda con su nombre al ya ausente gran mamífero. Rodeado de marismas de almajos, las águilas culebreras y cernícalos comunes nos vigilan desde sus posaderos, mientras los grupos de gamos nos miran curiosos a nuestro paso. En primavera, el verde de la castañuela, el blanco de la manzanilla acuática y el azul de cielo componen preciosas postales marismeñas. Aquí nos detenemos de nuevo para observar a través de nuestros prismáticos los habituales bandos de flamencos y espátulas. En invierno, grandes bandos de ánsares comunes y grullas nos llaman la atención con sus potentes llamadas y el vuelo rápido del esmerejón nos guía hasta las lejanas siluetas de las dunas móviles del sur del Parque que brillan bajo el sol.
José Antonio Valverde
Rodeado por la marisma, el Centro de Visitantes José Antonio Valverde es parada obligada en nuestro paso por las marismas. Ofrece un descanso a los visitantes y un inmejorable punto de observación de aves, aquí encontramos una de las mayores colonias de cría del ardéidos de Europa. Garzas imperiales, garcillas cangrejeras y bueyeras, garcetas comunes, moritos y martinetes se concentran hasta alcanzar varias decenas de miles de individuos cada primavera y regalarnos un maravilloso espectáculo. Es sin duda uno de los puntos de mayor atractivo de todo el Parque Nacional de Doñana.




Doñana cambia con las estaciones
Primavera


Verano
Otoño


Invierno
Doñana ofrece una variada lista de aves que varía dependiendo de la época del año en la que la visites
conocimiento del medio, nos dio una lección
de costumbres populares, botánica, zoología,
sostenibilidad… en fin, hasta los niños
comentaron después la cantidad de cosas
de las que nos había hablado y lo fácil
que era entenderle.”
– Fátima García –
Primavera 2010
Antonio en Doñana. Es de agradecer cuando las
personas aman su trabajo, disfrutan enseñando
lo mucho que saben a los demás y no tienen
prisa alguna por terminar. Además los medios
eran ideales, el telescopio y las guías de campo
nos facilitaron mucho los avistamientos”
– Pedro Dámaso –
Verano 2008
fue lo más destacado de nuestra visita a
Andalucía. No sólo por las 100 especies
de aves que vimos, sino también por los
interesantes comentarios del guía sobre la
ecología y la historia de Doñana. Para nosotros
fue una experiencia inolvidable.”
– Andrea Owen y Martin Holmes –
Invierno 2012
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